Un deseo que se esconde bajo la piel, mi piel. Que no tiene otro nombre, sino el tuyo, un par de ojos que al mirarme me derriten y unos labios que al articular mi nombre hacen que gire la tierra solo para mi.
Y si teletransportarse fuera una opción, daría todo cuanto pudiera para hacerlo, y mágicamente encontrarte justo ahora, darte un beso y materializar contigo al menos un deseo, de los muchos que tengo.
M.