martes, agosto 12, 2014

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Ayer me dijo alguien que uno muchas veces ve a alguien sonreír y no imagina el sufrimiento que antecede a la sonrisa y yo no se por qué, muy lejos de pensar en el sufrimiento que alguna vez he padecido, me vino a la mente que antes de juzgar a los demás, no nos tomamos el tiempo de imaginar o fantasear sobre las situaciones que ha vivido una persona y que son las que la hacen quien es hoy día. Como tampoco pensamos en que la forma en que nosotros sentimos, no tiene que ser ni es necesariamente la misma en los demás. O es que acaso se quiere/ama en todas las ocasiones en que la gente se enamora? Es un dolor en un diente igual de intenso en todas las ocasiones que se presenta a lo largo de una vida? 

Puede que esté equivocada, pero pienso que no. También podría estar equivocada al afirmar, que no hay derecho de minimizar ni los sufrimientos ni  las  alegrías de las demás personas, porque sencillamente cada quien lo vive a su manera, lo aprecia y lo expresa a su manera y a su manera, encontrará o no las respuestas. 

La gente crece, los días cambian, como dicen los abuelitos "los años pasan y pesan" y con ellos se va modificando la capacidad y la forma de respuesta ante las cosas buenas y no tan buenas. Uno va buscando la manera de ser feliz, o la felicidad trata de buscarnos a nosotros, aunque cueste mil intentos. 

Cuando pensemos que lo sabemos todo, que lo hemos vivido todo, que hemos sentido todo, que ya nada nos sorprende/duele/afecta, y que si nos tocara vivir a nosotros mismos o a otros una situación parecida a otra, no olvidemos que "Ningún hombre puede cruzar el mismo río dos veces, porque ni el hombre ni el agua serán los mismos." (Heráclito). 

Bienaventurados aquellos que pueden pasar la página de un libro, sin olvidar que lo leyeron pero dejándolo atrás, no llevándolo consigo a todas partes esperando de forma inútil que se olvide su existencia, los que se abren a las posibilidades que les brinda el universo, los que viven y siguen adelante a pesar de haberse equivocado, a pesar de haber sufrido. 

lunes, marzo 17, 2014

¿Por qué corres?

Hace unos días me preguntó alguien que por qué corro, que si lo hacía solo por el hecho de pertenecer a un grupo o si tenía alguna razón específica para hacerlo. Y hoy, un día después de la que creo ha sido mi peor carrera de todas, creo que puedo dar una respuesta honesta a esa pregunta.

Empecé a correr porque luego de ir muchas veces al gimnasio y llegar a amarlo, me aburrí. Llegó un punto en que pensar en el gimnasio me daba dolor de cabeza, así que empecé a caminar mucho, cerca de 8kms diarios, una vez hice 12kms. En el trayecto veía gente correr, no tantísima, pero ahí estaban ellas. También estaba el millón de gente en las redes sociales publicando sus fotos de llegada a las metas, con sus caras triunfantes y satisfechas.

Pero lo que de verdad me hizo convencerme de empezar a correr fue ver a los amigos #siemprenovios, Rosa y Darwin, lograr correr 5k después de no haber corrido nunca nada! Ver como se comprometían poco a poco con su entrenamiento y ver la cara de felicidad y la luz en los ojos de Rosa cada vez que me contaba en la mañana que había logrado un kilómetro más. Fue ella, quien me avisó que empezaría un entrenamiento liderado por La Guagua Runners y yo casi sin pensarlo mandé un email solicitando información.

El 24 de octubre fui por primera vez en toda mi vida al parque Mirador Sur vistiendo ropa de ejercicio, con una botella de agua y "lista" (todo lo contrario) para lo que me esperaba. Ese día, logré trotar 200 metros corridos como a 12 minutos por kilómetro, seguidos de 300 metros de caminata por un total de 2kms. A la franca, yo pensé que moriría.

 Es decir, el próximo lunes se cumplirán 5 meses de haber empezado esta aventura y actualmente he corrido sin parar hasta 10k. No siempre lo logro, porque no todos los días son iguales, la mente a uno lo traiciona en ocasiones, si uno sube de peso le afecta, si se está agotado, correr en un escenario y condiciones climáticas distintas también afectan; pero en este preciso instante, haciéndome consciente de que soy una "bebé" en el running, entiendo que no debo ser desagradecida, he avanzado mucho y gracias a que no lo hago sola. Tengo un equipo a mi alrededor increíblemente diverso, ahí he encontrado, además de entrenadores altruistas, a mi guagüita que es sinónimo de una gran familia, mi grupo de apoyo, paño de lágrimas, compañeros de alegrías, de comida, de trago.

 En estos cinco meses aprendí a sonreír en las fotos y ahora no hay quien me tome una sin que salgan todos los dientes que pueda sacar, también identifiqué "LA pose" para crear una ilusión óptica y por supuesto que el celular de Gabriela tira fotos y les hace Photoshop de una vez :P, también entendí que no hay manera de lograr una foto sin que nadie más aparezca, todo el mundo sale aunque sea obligao'!

Yo corro, porque en mi guagüita hay personas que son verdaderos ejemplos a seguir, como Melissa, que llega al mirador a las 4:55am para poder hacer los kilómetros que le tocan y trabajar luego; Jj que a unos días de la carrera para la que entrenábamos se lastimó una pantorrilla y a pesar de eso fue a tomar 640 fotos de la actividad con un entusiasmo que fácilmente superaba al de cualquiera de los que sí correríamos. También está Nora, de la guagua grande, que duró meses lesionada y hasta ahora pudo volver a correr y nunca la vi aburrida sino con una actitud entusiasta y motivadora, haciendo lo que fuera para estar cerca de los que sí podían hacerlo en lo que resolvía su situación.

 Podría decir que corro por salud, como mucha gente responde, pero prefiero abundar y decir que yo corro para mantener mi salud mental. Ser parte de un grupo tan diverso, con gente que es tan igual y tan diferente a la vez, me ha ayudado a mantener un balance en mi forma de vida, a afrontar de otro modo las situaciones que no puedo controlar.

 Corro, porque aunque hayan días malos, hay muchos otros buenos en que me supero a mí misma en niveles que nunca habría imaginado.