martes, septiembre 08, 2009

un desahogo....

A diario, escucho gente a mi alrededor quejarse, gente que a veces hace reclamos justos, pero que a veces, exigen cosas para las que no han trabajado, cosas que no se han ganado y que estan muy lejos de merecer.
1. Por más injusto, molesto, desesperante, enloquecedor que sea estar sin energía eléctrica, si usted NO PAGA, cállese su gran bocota y aguante su apagón, aun si usted paga su factura, no salga a la calle a criticar a Radhamés Segura y a satanizar a Marrancini "porque ahora es peor", si el gran aporte que hará se reduce a la crítica.
2. Pero buenos son los que comparan sin cesar nuestro país con países desarrollados, y se llenan la boca diciendo que el tal sitio si tu reclamas por 15 centavos, te los devuelven, y que aquí no te devuelven ni un saludo. Mi respuesta para esa gente es que se vayan para esos sitios donde es maravilloso vivir, que aprendan que a esa gente que les devuelven sus 15 centavos, han tenido que aprender a cumplir reglas y a no ser tramposos, y a los que son tramposos les sale mas cara la sal que el chivo.
3. Las telecomunicaciones son muy caras, que el internet 3g es muy caro, etc... ahora yo le pregunto: es obligado que usted hable 9000 minutos mensuales? es necesario tener un atari (blackberry, iphone, etc) con el que usted solamente va a chatear, a buscar en google o va a twittear? si eso es una necesidad entonces no debería usted encontrárselo caro.
Por Dios!!!!!!!!!!!!! Yo creo en el reclamo, y el que me ha leído lo sabe de sobra, pero reclame lo que es realmente justo, reclame de una manera en que usted no dañe al otro, cumpla con su deber sin perder sus derechos! Aprenda a vivir en comunidad, deje de esperar que el universo debe resolverle la vida, cuando es usted el que tiene que resolver sus problemas para poder seguir aquí. Es cierto que en nuestro país hay que arreglar muchas cosas, si no pregúntenle a Nuria Piera, pero empiece usted colaborando con lo que esté en sus manos resolver.

1 comentario:

Alguien dijo...

Hay que hacer valer la diferencia entre desear algo, y lograrlo.