Otro artículo que me hizo llegar por mail mi papá y que definitivamente entiendo que lleva a reflexionar sobre las limitaciones del artículo 30, que repito, no he dicho que hay que borrarlo de la faz de la tierra, sino que debería ser menos cerrado. Hay que reconsiderar algunas implicaciones.
6 Junio 2009, 8:59 PM
GINECOLOGÍA ACTUALIZADA
Renegar de la ciencia
Escrito por: LILLIAM FONDEUR (lfondeur@gmail.com)
Louise Brown hoy es madre. Ella fue el primer ser humano nacido a partir de una técnica de laboratorio: la fertilización in vitro (FIV). Ambos cumplirán 32 años el 25 de julio próximo.
Su nacimiento fue un acontecimiento mundial que tuvo en su momento gran difusión, motivó profundos debates éticos y produjo cambios en el conocimiento sobre la reproducción humana, cuyos efectos se extienden hasta hoy. Con ella dio inicio una nueva era de oportunidades para las parejas infértiles. Los significados de este nacimiento son múltiples, pero hay uno muy importante… propiciar la vida.
La fertilización in vitro permite a las parejas infértiles reproducirse, realizando la concepción (unión del ovulo y espermatozoide) en el laboratorio. Con esta técnica se fecundan varios óvulos, se eligen dos o tres y el resto se preserva en el laboratorio.
El artículo 30 le otorga calidad de seres humanos a estos óvulos restantes, por lo tanto su proceso de desarrollo no puede terminar en un congelador. De este modo la nueva Constitución prohibiría la fertilización in vitro. Impediría que las parejas infértiles puedan procrear.
Gracias a la ciencia, más de tres millones de niños y niñas en todo el mundo han sido concebidos mediante esta técnica, lo que incluye varios cientos en la República Dominicana. Cerca de 113.000 tratamientos de FIV se realizan en Estados Unidos cada año, con un promedio de efectividad de 72 por ciento.
Si en segunda lectura se ratifica el artículo 30 de la Reforma Constitucional, los niños nacidos por fertilización in vitro serán fruto de un acto criminal. Como en los tiempos de la Inquisición, la religión satanizará la ciencia.
En la historia hay múltiples ejemplos de cómo la Iglesia Católica se ha opuesto a los adelantos de la ciencia. En el sigo XVII Galileo Galilei descubrió que la tierra giraba sobre su eje y en torno al sol, y su descubrimiento ataco uno de los principales dogmas católicos. La reacción del clero no se hizo esperar. Sometió al científico italiano al ignominioso tribunal de la inquisición. Cuatrocientos años después, a la luz de la razón, la iglesia se ha visto obligada a pedir perdón, porque ya es insostenible el argumento de que la tierra es el centro del universo.
Esta misma Iglesia Católica prohíbe la fertilización in vitro, y pretende que su verdad sea la verdad de todas y todos. Admitir el oscurantismo en nuestra Constitución es un grave retroceso. Un Estado democrático de derecho, tiene que separar la religión de la Ley y de la Ciencia.
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