viernes, enero 16, 2009

¿Si se acabó, nos acabamos?


Hace pocos días más de un mes atrás alguien me dijo que había perdido el interés por todo, que ya no le importaba nada, porque cuando uno hace unos planes de vida y al final quedan en nada no sabes ni quieres seguir. Dejas de importarte a ti mismo y por ende todo lo demás no es nada.


Me tomó muchas noches y reflexión, organizar algunas ideas y finalmente poder escribir, sobre esto, sobre todo y sobre nada a la vez. Y hoy me pregunto:


¿Realmente se acaba la vida cuando se acaban nuestros planes? ¿o es que somos demasiado egoístas para darnos cuenta de que otras personas terminan afectadas también producto de nuestro fracaso? ¿O es que definitivamente el amor y todo acaba, hasta el propio?


En lo que a mí respecta, puedo decir que sí, he sido víctima y victimaria, mi vida ha dado tantas vueltas, que algunas en algunas de ellas pensé que no podría continuar, que no tenía por que ni por quien vivir, que realmente no me importó ni siquiera respirar. Pero con el tiempo, todo pasa y aprende uno a adaptarse a lo que le queda, a conocer cosas y personas que antes ignoraba, y a valorar lo que realmente importa (eso último varía de persona a persona, no es una constante...)

Pero, si solo me importara mi respuesta a esas preguntas, no lo habría escrito para empezar, ni me habría tomado más de un mes poder coordinar las palabras y escribirlas sin que parezcan incoherentes.


Cito a José José y su canción El amor acaba: ¨porque el tiempo tiene grietas, porque grietas tiene el alma, porque nada es para siempre que hasta la belleza cansa...... El amor acaba.¨


Es cierto que nada dura para siempre, y si así fuera entonces no tendría sentido la vida y lo que hacemos, porque de nada valdría el esfuerzo y los sacrificios que hacemos para crecer en todos los sentidos. Todo tiene su final, porque de no ser así hoy no seríamos quienes somos, no nos habríamos equivocado tantas veces ni habríamos aprendido de los incontables tropiezos.

Si las cosas, las situaciones, las personas perduraran eternamente, no tendríamos sueños ni metas, no fantaseáramos eventualmente con las cosas que tuvimos y que perdimos por tontos, ni miráramos con amor las cosas, situaciones y personas nuevas que tenemos en nuestras vidas, que hacen que nuestros días se llenen de color (fríos, cálidos, neutros... pero colores al final).


Aferrarnos a un recuerdo por miedo a sentirnos traicionados, nos hace traicionar todo aquello por lo que hemos vivido... Aceptar que nuestras ideas han cambiado y que nuestros deseos no son necesariamente los mismos no es sentencia de muerte, al contrario, estoy de acuerdo con la frase: Es de sabios cambiar de opinión.




1 comentario:

Beba_Felina dijo...

Es normal en estos tipos de cambio sentirse tan sin sentido?, cuanto tiempo toma establecer planes nuevos?

Mmmm espero ke poco...