Dice Fito Paez, que estar al lado del camino es más entretenido y más barato, pero pensando yo, a fin de cuentas eso no necesariamente se cumple. La mayoría de las veces hacemos o dejamos de hacer algo por miedo a lo que pueda pasar, a las consecuencias que eso pueda traer consigo, o lo que creemos nosotros que ocurriría a partir de esa acción. Y nos sentamos como fuera de nosotros mismos, y vemos a los demás hacer y deshacer, mientras nosotros, somos actores pasivos de nuestra propia historia que se va esfumando sin que nos demos cuenta.
A veces nos pasa, que por estar al lado del camino y no recorrerlo propiamente, cuando pasa el tiempo, nos arrepentimos del error que pudo haber supuesto no actuar en cambio de solo existir porque a lo mejor no habríamos actuado en la forma mas acertada, pero al menos habríamos intentado.
Pero también pasa, que sencillamente nos place y nos satisface más sentarnos por un momento en la acera de nuestra vida y observar todo desde allí, y descansar, analizarlo todo desde otra perspectiva, desde afuera. Suelo decir con cierta frecuencia que las situaciones no se ven igual desde afuera y es cierto, a veces como que nos hace recapacitar el hecho de ver las cosas como las perciben los demás.
La gran incógnita es saber cuando hay que estar al lado, y cuando hay que andar por nuestro camino, lo triste es, que no siempre tendremos la respuesta adecuada en el momento preciso.
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